Una semana más encerrados en casa y se cumplirán cuarenta años desde que el último tren correo recorrió las vías entre Ponferrada y Villablino. El último convoy de vapor partió de la vieja estación de Ponferrada un 10 de mayo de 1980 después de seis décadas de servicio, avanzó a no más de cuarenta kilómetros por hora a través de los raíles, de los túneles y los puentes que jalonan los sesenta y cuatro kilómetros del trayecto, dejó atrás el pantano de Bárcena, las estaciones de Cubillos, de Toreno, de Páramo, y llegó hasta el final de la línea para regresar después al Bierzo en un viaje irrepetible.
Sentado ante el ordenador, a la hora en la que los mayores de 70 años tienen que volver a sus casas después del primer paseo permitido en cuarenta y ocho días de confinamiento, el portavoz de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, Daniel Pérez Lanuza, me cuenta por teléfono que aquel día la locomotora 31 que solía tirar del tren correo estaba retirada del servicio y fue otra máquina recién reparada la que engancharon. La vieja dama de hierro no pudo despedirse.