La calle batida por un aguacero. Una taberna con nombre de novela de Stevenson; Las Tres Cornejas. Y una chimenea donde arde el fuego de las buenas historias. Como en los filandones.
Así comienza La Bestia, un relato de no más de cuarenta páginas, a medio camino entre el cuento largo y la novela corta, donde el escritor polaco Joseph Conrad, el hombre que imaginó El corazón de las tinieblas y Lord Jim, nos habla de un barco que se comportaba como si se tratara de un animal enloquecido.
La nave se llamaba La familia Apse, en honor a sus armadores. Y era un barco sin moderneces, solo marineros capaces de trepar a la arboladura en una noche de tempestad con arrecifes a sotavento. Un buque de hierro, madera de teca y laurel negro.